La autora marplatense comparte una serie de textos poéticos con los lectores de LA CAPITAL.
Toc Toc
En otoño me gusta jugar a la mancha
así que te voy a hacer parte del juego.
Hago toc toc en tu espalda y no respondes,
me obligas a jugar a las estatuas
y a mi no me gusta ese juego.
Voy a seguir esperando,
capaz tengo suerte y te das vuelta,
dicen que malo en el amor bueno en el juego
o capaz era al revés.
Las oposiciones nutren nuestra historia,
eso es lo que me decías siempre.
Quiero que sepas que
sigo en estatua y
me acalambro la rodilla.
Ah sí! Lo que iba a preguntarte,
¿El atardecer tarda mucho en hacerse noche?
¿En qué parte del cuerpo te duelen las diferencias?
¿Cuánto pagarías para dejar de pensar?
Voy a probar otra vez
***
No hay caso,
ahora me doy cuenta,
ahora lo veo,
hay una larga pila de tareas en tu escritorio,
todas requieren de una atención absoluta,
marcar, tachar, observar
y enmendar lo de otros.
El mandato te hace marca personal,
yo te había invitado a ser libre.
El grito es inútil,
la insistencia también.
La soga de tu cuello está muy tensa
y vas a perder para siempre.
***
Plegaria
Que las palabras se deslicen,
que suenen los tangos
hasta que te diga:
Mamá me estoy aburriendo.
Hablame por encima,
hablame los cuadernos
de lenguaje musical
que olvidé para siempre en el cajón.
Mostrame el cilantro,
la albahaca y el perejil
que crecen en tu patio.
Salgamos de casa,
¡por favor salgamos!
O giremos alrededor de la mesa
mientras persigo la lentitud
de tus talones
y los alcanzo
y nos tropezamos.
Rompé con la campana de cristal
de Alfonsina Storni.
Se acabó la melancolía,
se acabó la música clásica,
y al fin somos una.
***
Carencias
Necesidades urgentes
explotan el pulso de mi garganta.
Me pienso acelerada e inútil,
como un ente desorbitado,
al que no le alcanzan los textos,
ni los conceptos,
ni la crítica,
ni la pose juzgadora,
ni los temas convencionales.
Cierro los ojos,
intento no adormecerme
pero nada me alcanza
y tampoco me alcanza nada.
Necesidades urgentes
son las que tengo
cuando me quedo muda,
cuando no puedo acariciar la palabra desnuda
ni encontrarle un sinónimo
apropiado al arte.
***
Poesía artificial
Poesía es una canción de amor
que me endulza mientras
tomo una copa de vino.
Poesía es una forma
del travestismo de la palabra.
Poesía es el escondite
donde puedo jugar a ponerme ropa
que no me pertenece.
Poesía es lo único que sé hacer
en tiempos de crisis,
cuando estalla todo.
Poesía es la combinación perfecta
entre el sentimiento y la coraza,
indispensables para sobrevivir entre marcianos.
Lucía Boragina (2002) es estudiante de la carrera de Letras en la UNMdP y desde el 2021 trabaja en librerías. Desde que tiene memoria, la literatura ha llenado de sentido todos los espacios que habita y se convirtió en una herramienta de expresión creativa y política en su forma de ver el mundo. Obsesionada con los climas de época, empezó a escribir poesía durante sus primeros años de adolescencia y actualmente experimenta en el género narrativo en el taller “Atreverse a narrar” dictado por Dante Galdona. Su interés por la difusión de la cultura hizo que participe en la gestión de diversos proyectos creativos como encuentros literarios, organizados desde el centro de estudiantes de su facultad, y el Ciclo Machina, inaugurado este año.